Todos tenemos propósitos, metas que queremos conseguir “adelgazar” “más salud” “un trabajo mejor, diferente” “hacer ejercicio”  “dejar de fumar” etc.

Reflexionemos juntos sobre estas búsquedas, estos propósitos, posibles metas ¿Dónde se encuentran? ¿En qué espacio del tiempo las situamos?

Seguramente todos las ponemos en un futuro. En un futuro quiero conseguir ese propósito, esa meta, pero que pasa mientras tanto, que pasa en nuestro interior.

Seguramente todos las ponemos en un futuro. En un futuro quiero conseguir ese propósito, esa meta, pero que pasa mientras tanto, que pasa en nuestro interior.

 

Piensa un momento, sitúate en algo que has querido conseguir, en un objetivo que tenias ¿Donde estaba tu mente? ¿En que estabas pensando? ¿Visualizabas  el resultado final con todo detalle? o estabas  pendientes de las limitaciones, preocupaciones por el “cómo” por el resultado.  ¿Será posible?, ¿Lo conseguiré? ¿Puedo hacerlo? ¿Dará resultado? ¿Me lo aceptarán? ¿Conseguiré ir al gimnasio todo el año? ¿Aprenderé  ese idioma e iré a todas las clases? ¿Podré dejar de fumar en 2 meses?

Seguimos pensando y pensando en ese propósito, en esas metas y nuestras frustraciones aparecen con más o menos fuerza, dependiendo de los resultados, de las expectativas cumplidas. Y si por algún motivo no resistimos y abandonamos, entonces suele aparecer “el juicio” ya no sobre la meta o el propósito, si no sobre nosotros mismos. “Ya sabía que no podía” “No tengo voluntad” “Nunca lo podre conseguir” “Soy un, una…”

Conversaciones internas que suelen hacernos más pequeñitos, más resignados, menos brillantes, hasta que un día quizás encontremos otro propósito, otro objetivo que nos de esperanza para conseguirlo e intentarlo de nuevo. La volveremos a poner en un futuro con la intención de tener tiempo para conquistarlo.

¿Y si le damos la vuelta? ¿Y si intentamos hacerlo todo al revés? ¿Y si el propósito esta en nuestro interior?
Imagina que el propositito o tu meta no está en el futuro, está en el presente, está en el aquí y en el ahora, y solo tienes que hacer lo que en este momento toca hacer.
Date cuenta que cuando has conseguido un objetivo se debe a muchos momentos y acciones anteriores, sin ellos no lo hubieras conseguido.
Sitúate en este momento y olvídate del futuro o del pasado. Tu verdadero propósito consiste en centrarte en tu interior, en realizar en el presente lo que toca de la mejor manera posible, pon tu atención en el aquí y ahora, disfruta del presente y aparta tus conversaciones internas

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